Cuento

 

 

Carmela, la gallina zampona

 


 

La gallina y sus hijitos ahora vivían en el campo libres. Por las tardes jugaban y correteaban bajo el atardecer. La gallina tenía un pasatiempo favorito, ¿sabes cuál era? Cantar y cantar; le encantaba pasarse las tardes cantando.

 


La mayoría de los pollitos comían sus panes dos o tres veces al día, pero luego hacían otras tareas, como poner huevos. Pero Carmela sin embargo, se pasaba el día comiendo y cantando. Sino quedaba comida, la conseguía de los humanos que vivían cerca de allí.

 A pesar de que Carmela estaba llena, seguía comiendo, no tenía ningún control, sus alas y su tripa siempre estaban hinchadas y su pico lleno de restos de migas.


Carmela tenía este hábito ya que en la granja les habían hecho comer mucho, sin embargo a sus hijitos se les había quitado y tenían hábitos más saludables, pero el mal hábito parecía haberse implantado en la pobre gallinita. Carmela siempre comía aunque no tuviera hambre, por entretenerse, por aburrimiento, etc; ni cantar le quitaba la gula.

Después de un tiempo, se ponía muy mala y necesitaba descansar. Per, en cuanto se sentía un poco mejor volvía a comer, por lo que nunca mejoraba. Debido a todo esto, le empezó a afectar, ya no podía cantar como  antes ni corretear, volar y jugar con sus pollitos.

Sus pollitos le recomendaban que parara de comer tanto y que solo comiera lo que realmente necesitaba. Así empezaría a ser más ágil y podría volver a cantar. Ahora que ya no pertenecía a la granja, nadie le obligaba a comer y  podía tomar sus propias decisiones.

Pero, debido a que Carmela era muy zampona, no quería escuchar los consejos que estos le daban.

Un día, de camino al pueblo por el camino empezó a recoger el pan de los humanos; en mitad del camino Carmela comenzó a encontrarse mal y le dio un dolor de tripita muy fuerte, incluso no podía caminar.

Carmela después del susto, se empezó a encontrar un poco mejor y recordó lo que sus pollitos le habían recomendado. Poco a poco, empezó a hacerles caso y comer lo que necesitaba, para estar saludable y bien nutrida, aprendió a controlarse cuando quería comer y comer.

La gallinita se sentía muy bien con la nueva vida que llevaba y los hábitos saludables que seguía. Carmela dejo de ser una zampona y se convirtió en una gallinita feliz, aprendió a pasar más tiempo con sus pollitos, llevando una vida saludable, cantando y jugando.

Y COLORIN COLORADO ESTE CUENTO SE HA ACABADO



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ACTIVIDAD 

  

Como apoyo visual en clase, utilizaremos una gallina y sus pollitos como marioneta para contárselo y el pan. Además contaremos con otro apoyo visual, una presentación dónde se proyectará el cuento y que los niños vayan viendo el cuento con dibujos.

Después de acabar el cuento, les haremos preguntas para ver que moraleja han sacado de él. 

-¿sabéis lo que es una moraleja? Se lo explicamos y así aprenderán lo que es.

- ¿llevaba una vida saludable Carmela?

-¿os parecía bien los hábitos que llevaba Carmela?

- ¿vosotros haríais lo mismo que Carmela?

-¿qué moraleja habéis sacado de este cuento?

Como actividad para los niños, podemos llevar al panadero del pueblo con permiso del centro, que les explique la importancia de los alimentos que proceden del campo y para finalizar la mañana les enseñara a hacer pan. 



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